lunes, 28 de febrero de 2011

ADVERTENCIA

Piso el descelerador porque si no no veo, nada más miro. Pero yo no creo, como sí creía un ruso hace noventa años, que la poesía salve de la atrofia los instantes. Nada más no comulgo con la velocidad al uso porque no va conmigo. El resto es entrenamiento.

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