miércoles, 16 de marzo de 2011

INFIERNO (CANTO ÚNICO)


Déjenme acá, nomás.
Acá tampoco hay Dios
y me hice amigo de un sueco
que no discute mi nuevo domicilio.
Estas cosas se parecen a las otras, no está mal.
Sé de un danés para el que la palabra FIN
es como un pozo desesperante
y por eso cree, teme y tiembla.
De ahí que, por suerte, no venga por acá.
Déjenme acá, nomás.
Todos los comunistas van al cielo.
Toda la gente aburridamente buena va.
Acá no hay Dios y se respira.
Una cosa sí,
siempre que quieran hacer algo por mí,
o por el Dante que solía ser.
Hablen con Beatriz,
y que se dé una vuelta por acá,
que yo la invito.

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