jueves, 19 de abril de 2012

DEMONIOS Y CEREMONIOS

Hay, a grandes rasgos, dos tipos de personas: demonios y ceremonios. No se trata aquí de posiciones existenciales ni de la propiedad de los medios de producción, es algo más sencillo. A modo de definición podríamos decir que, mientras que el ceremonio tipo, para ir de A a D, necesita atravesar primero B y C, el demonio tipo va a los saltos. Dos músicos tienen que reunirse en el estudio de grabación para grabar juntos. El primero llega un par de horas antes, estudia lo que va a ser objeto de grabación, se concentra en el trabajo. El otro llega un poco tarde, con alguna copa de más, listo para grabar. Son dos ejemplos claros de ceremonio y demonio, respectivamente. Claro que la riqueza de la posibilidad humana es vasta e irreductible a fórmulas binarias y la realidad ofrece matices, grados intermedios. Hay demonios con algo de ceremonio y ceremonios con algo de demonio, hay ceremonios que se quieren demonios y demonios que se quieren ceremonios, hay demonios y ceremonios que no responden adecuadamente a su naturaleza y un largo etcétera. Eso y que ninguna conclusión o aplicación significativa se pueda derivar todavía no deben disuadirnos, sin embargo, de preservar la distinción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario