viernes, 13 de abril de 2012

GRISES


El momento en que el arte olvida sus orígenes artesanos para investirse de cierto prejuicio aristocrático. El albatros de Baudelaire en medio de ese olvido, con toda la señoría de saberse majestuoso en el aire y torpe sobre la cubierta del barco, porque esa torpeza del abajo no hace sino confirmar y mantener la pureza majestuosa del arriba. Ese momento, decía, ese olvido, ese albatros, y preguntarme si la necesidad de lo que los libros llaman “experiencia estética” golpea la puerta de todos, o si hay por el contrario un nuevo olvido, menos severo que el otro, o quizá más, y que genera grises.

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